Una buena idea no es suficiente para iniciar un negocio. Para tener éxito, debes estudiar el mercado, planificar de manera realista y movilizar sus tropas para lograr tus objetivos.
En la práctica, la visión es solo una parte de la ecuación. También necesita saber cómo resolver problemas concretos y exhibirte en un entorno competitivo.
Aquí hay algunos consejos:
1. Apunta bien a tu mercado
Lo ideal es registrar tus productos o servicios en un mercado joven y en crecimiento. En industrias más establecidas, necesitarás una ventaja competitiva para distinguirte (producto o servicio innovador, servicio al cliente incomparable, precios atractivos, etc.)
Es una buena idea es acudir a una agencia de investigación especializada para recopilar la mayor cantidad de información posible a fin de definir su mercado potencial, incluidas las fortalezas y debilidades de sus competidores y el plazo requerido para desarrollar su producto. Recuerda que durante este tiempo no realizarás ninguna venta.
Otra idea fantástica es apuntarte a un curso de administración de empresas para obtener herramientas útiles.
2. Aprende cómo rodearte
Los miembros de tu equipo de gestión deben tener habilidades complementarias. Los líderes más eficaces se aseguran de contratar expertos de alto nivel para cada industria. No temas contratar personas que tengan más conocimientos que tú en tu propio campo.
También debes ver los recursos externos como una extensión de tu equipo. Desde un punto de vista práctico, necesitarás técnicos, vendedores y gerentes, pero también un abogado, contador y especialistas en marketing o relaciones públicas.
Si careces de los recursos para crear una junta directiva, puedes formar un comité de estrategia e invitar a un experto para que te asesore sobre las decisiones de gestión. Además, el sector de la alta tecnología cuenta cada vez con más incubadoras cuyas fórmulas de supervisión aumentarán tus posibilidades de éxito.
En definitiva, la verdadera prueba es la del mercado. Para llegar a los clientes de forma rápida y eficiente, considera la posibilidad de contratar profesionales de marketing desde el principio. A menudo pasado por alto, el marketing es esencial para el éxito de cualquier negocio.
3. Ver lejos
Evita apagar incendios todo el tiempo y perder de vista sus metas a largo plazo. Enumera todos los factores a considerar en el inmediato y mediano plazo, especialmente si esperas un crecimiento rápido.
Para ayudarte a gestionar este crecimiento, considera todas las opciones posibles como comprar o alquilar locales, muebles y equipos. También considera la posibilidad de subcontratar determinadas funciones, como los recursos humanos, a terceros.
A lo largo del camino, deberás observar los impulsores del crecimiento, incluida la energía y los recursos, las materias primas, los salarios, las finanzas y las necesidades tecnológicas.
Si has evaluado cuidadosamente tu potencial de crecimiento, está bien pensar en grande. Por ejemplo, si tu empresa atiende a un nicho en particular, es posible que solo sea rentable exportando.
4. Piensa en la financiación
La creación de empresas a menudo se financia con los ahorros de los fundadores (y los de familiares y amigos). En muchos casos, es necesario buscar fuentes externas de financiación: inversores ángeles (inversores privados), fondos de capital riesgo, fondos de ayuda u organismos otorgantes del sector de la economía social.
Prepárate con cuidado y aclara bien lo que los inversores quieren de ti. Habla con un banco de confianza sobre tus necesidades de financiación inicial. El Banco ofrece soluciones personalizadas a empresas con alto potencial de crecimiento.
5. Usa tu tiempo sabiamente
La mayoría de las empresas tardan mucho en establecerse, lo que deja un “tiempo de inactividad”. Utiliza este tiempo de inactividad con prudencia, por ejemplo, aprovechándolo para formar redes de contactos.