El buffet libre: el perfecto aliado para el alojamiento de los estudiantes
La alimentación de un estudiante es un aspecto que debe tomarse en serio:
una larga lista de estudios relaciona directamente determinados alimentos a un
mejor rendimiento académico. La comida de una madre o una abuela siempre son la
garantía de que un estudiante comerá bien… Pero… ¿qué pasa cuando el estudiante
debe seguir sus estudios fuera de su ciudad natal? ¿Podemos competir contra
madres y abuelas?
Pues según el estudiante. Si tiene una buena concienciación alimenticia,
tiempo para ir a comprar, paciencia para prepararse la comida, posiblemente ese
esfuerzo se traduzca en un seguimiento de una dieta equilibrada. No obstante,
este caso no acostumbra a verse con frecuencia…
Un alojamiento de estudiantes en Barcelona, que entre sus servicios oferta un buffet
libre, puede ser la gran solución para los estudiantes que procuran seguir una
alimentación sana e incluso para los padres que tiene esta preocupación. Si un
estudiante tiene a su alcance desayuno, comida y cena con un simple chasquido
de dedos, su vida cambia drásticamente.
¿Por qué el
buffet libre de una residencia cambia la vida de un estudiante?
1.
El tiempo
El tiempo de ir a comprar, el tiempo de cocinar, el tiempo de hacerse el
tupper para el día siguiente… Todo este tiempo que invierte el estudiante en la
cocina es tiempo que no puede destinar a actividades que verdaderamente le
gustan o que necesita para superar sus objetivos académicos. Es obvio que sin
tiempo los universitarios terminan por tomar el camino de los ultracongelados,
la comida rápida y los malos hábitos alimenticios.
2.
La alimentación saludable
Es mucho más
fácil seguir una alimentación saludable cuando el buffet de una residencia nos
facilita todo ese trabajo que nos implicaría tiempo, esfuerzo y dedicación. Sin
ningún tipo de duda, es más fácil de esta manera consumir aquellos alimentos
que nuestro cuerpo espera para afrontar el estudio y rendir al máximo.
3.
El servicio de picnic
Los estudiantes
que tienen horario de mañanas y de tardes, o que incluso alternan los estudios
con algún trabajo, saben el lujo que representa tener un tupper preparado por
arte de magia. El buffet libre de una residencia que ofrece este servicio está
dando calidad de vida al universitario y quitándole algunas de las
preocupaciones que suscita un día copado de actividades.
4.
La calidad
Todo sea dicho:
la calidad también cuenta, y mucho. Una residencia universitaria que no
externaliza su servicio de comida está garantizando mantener unos estándares de
calidad altos. En ese caso, con más razón un estudiante debe declinarse por
esta opción: la comida que recibirá cada día no viene enlatada ni en grandes
camiones cortesía de cualquier catering.
5.
Rechazo al abuso de determinados alimentos
Las patatas
fritas, las hamburguesas o las pizzas forman el abc del menú diario de muchos
estudiantes. El buffet libre que dispone una residencia también sirve para este
propósito: regular el consumo de según qué alimentos cuyo abuso puede suponer
grandes problemas de salud y, por supuesto, un decrecimiento de su rendimiento
académico.